Dos años después los australianos editan "Lonerism" y hacen saltar la banca definitivamente, alabados por crítica y público, el "difícil segundo álbum de cualquiera" resulta en sus manos todo un festín de sonidos psicodélicos, melodías infalibles e irresistibles riffs que han convertido a estos temas en clásicos coetáneos a la altura de los mejores Himnos de las últimas décadas, para muestra la magnífica "Elephant" , un trallazo descomunal que bien podría pasar por el nuevo "Seven Nation Army" (The White Stripes) en cuanto a cotas de popularidad y euforia que evocan en sus conciertos, puesto que las influencias van por otros derroteros, siendo deudores de bandas clásicas como The Beatles, Pink Floyd, Led Zeppelin o Cream o de las más actuales como The Flaming Lips.
En total 12 temas y casi cincuenta minutos de un deleite total, en el que cada una de las canciones, los largos desarrollos instrumentales en algunos casos y las magníficas melodías antes mencionadas, hacen que "Lonerism" vaya más allá de ser reconocido como el mejor álbum de 2012, un logro que contó con la unanimidad de todo el personal, sino como uno de los mejores de los últimos tiempos. De diez
Difícil resaltar una canción por encima de las otras, aunque de hacerlo, la mencionada "Elephant", "Feels Like We Only Go Backwards", "Apocalypse Dreams" o "Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control", larguísimo título que contradice lo que en realidad es su música ("nada de lo que ha sucedido hasta ahora ha sido algo que pudiéramos controlar"), puesto que si hay algo que éstos chicos hacen es controlar la psicodelia como pocos.
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